Existen distintos tipos de glifos para representar un mismo número. La elección adecuada de cada uno dependerá del tipo de documento y de la función concreta que desempeñe el número: este puede aparecer dentro de un párrafo, en una tabla o gráfico, en una operación matemática, en forma de llamada a nota a pie de página…

Fundamentalmente, existen dos tipos de números: los romanos (I [=1], V [=5], X [=10], L [=50], C [=100], D [=500], M [=1000]) y los arábigos (0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9).

Números romanos

Generalmente, los números romanos se escribirán en versalita, salvo que acompañen a un nombre propio o a una expresión que empiece con mayúscula. Si el número se inserta dentro de una composición escrita totalmente en mayúscula, el número se escribirá en versales.

I1XI11C100
II2XII12CD400
III3XX20CDL450
IV4XXX30DCLXVI666
V5XL40CM900
VI6L50CMXCIX999
VII7LX60M1000
VIII8LXX70MCDXLIV1444
IX9LXXX80MMIX2009
X10XC90MMXIII2013

Números arábigos

Los diez caracteres que componen los números arábigos se pueden representar a través de distintos grupos de glifos: números alineados, desalineados, tabulares, proporcionales, superíndices, subíndices, fracciones, etc., y la utilización de cada glifo dependerá, fundamentalmente, de las características de la composición en la que se inserten.

Cifras capitales o alineadas
Cifras proporcionales
Cifras superíndices
Numeradores
Fracciones
Cifras elzeverianas o desalineadas
Cifras tabulares
Cifras subíndices
Denominadores

Cifras alineadas y desalineadas

Las cifras pueden ser de dos tipos: capitales (o alineadas) y elzeverianas (o desalineadas). Las cifras alineadas tienen todas el mismo tamaño y se asientan en la línea base de la tipografía. Las cifras desalineadas presentan distintos tamaños y se ubican a diferentes alturas respecto de la línea base.

Las cifras alineadas se emplean en tablas, donde la línea base de las secuencias numéricas tabuladas sirve como guía para distinguir cada fila; en los ejes de coordenadas de los gráficos y en sus valores o porcentajes representados; en operaciones matemáticas y en otras composiciones en las que predominen claramente las cifras sobre las letras.

Las cifras desalineadas se usan principalmente cuando aparecen insertas en un bloque de texto, ya que sus formas se asemejan más a la altura (mayúsculas y minúsculas) de las palabras que las acompañan. Por esta misma razón, en textos compuestos en mayúsculas o versales, es preferible utilizar cifras alineadas.

Cifras tabulares y proporcionales

Las fuentes OpenType admiten cifras proporcionales y tabulares. Las cifras tabulares conservan el mismo ancho en todos los números, mientras que las cifras proporcionales tienen un ancho específico para cada número.

Las cifras tabulares mejoran la legibilidad en documentos contables, tablas, gráficos, etc., ya que su ancho uniforme permite visualizar columnas homogéneas y facilita la comparación entre cantidades. Los números alineados, a su vez, favorecen la comparación horizontal entre filas.

Por su parte, las cifras proporcionales se integran mejor en los textos corridos, ya que replican la variación de anchos propia de las letras. Esta semejanza se acentúa cuando, además de ser proporcionales, las cifras son desalineadas, pues —como mencionamos anteriormente— presentan similitudes con los ascendentes y descendentes de las letras. De este modo, los números no resaltan innecesariamente dentro del cuerpo del texto.

Cifras tabulares versus cifras proporcionales

Superíndices y subíndices

Los números superíndices (también conocidos como números volados) se utilizan para indicar notas al pie o para representar formas exponenciales de un número o expresión matemática.

El uso de los números subíndices en español suele restringirse a la representación de valencias y otras expresiones químicas o matemáticas.

Los superíndices y subíndices se escriben unidos al número o palabra que acompañan (sin espacio entre ellos), y se componen con un desplazamiento por encima o por debajo de la línea media de la tipografía, según corresponda, y en un cuerpo ligeramente menor al utilizado en el texto principal. Esta reducción suele ser de entre 2 y 3 puntos en cuerpos pequeños (de entre 8 y 12 puntos), y mayor en cuerpos grandes.

Aunque los programas de edición de texto permiten generar subíndices y superíndices mediante la modificación de caracteres genéricos (reducción y desplazamiento vertical), se obtienen mejores resultados utilizando caracteres especialmente diseñados para tal fin.

Ortotipografía

Para escribir correctamente los números arábigos (representados con cifras), debemos tener en cuenta que:

  • Los números de hasta cuatro cifras se escribirán como un único grupo, sin espacios de separación entre ellas.
  • Los números con más de cuatro cifras se agruparán en bloques de tres, empezando desde el final, y cada grupo se separará con un espacio fino (no con un punto). Esta práctica no debe aplicarse en documentos contables ni en casos donde su uso dificulte la visibilidad o comprensión del número.
  • Los números decimales se separarán preferentemente con una coma, aunque también puede utilizarse el punto.
  • Los números, independientemente de su longitud, no deben dividirse entre líneas distintas.
  • Los números que cuantifican una unidad de medida (por ejemplo, 20 m) se separan de dicha unidad con un espacio; sin embargo, la expresión número-unidad debe mantenerse siempre en la misma línea (no debe partirse en dos).
Cifras con espacio fino de separación
Cifras con espacio normal de separación

Tanto la ISO (Organización Internacional de Normalización) como la Oficina Internacional de Pesos y Medidas, entre otros organismos, han acordado que debe utilizarse el espacio en blanco para separar los grupos en números con más de cuatro cifras, reservando el punto y la coma como signos separadores decimales (para dividir la parte entera de la decimal).

Siempre que el programa de edición lo permita, se recomienda utilizar un espacio fino en lugar del espacio normal para la separación de cifras dentro de una misma cantidad.

Ortografía

Generalmente, se utilizarán letras en textos literarios y escritos no científicos, y cifras en textos científicos y técnicos, en operaciones matemáticas, en tablas, gráficos y textos publicitarios.

Salvo en situaciones en las que se busque enfatizar la claridad del número o este constituya una parte fundamental de la composición, un texto nunca debe comenzar con una cifra. Esto se aplica tanto a títulos (*100 años de soledadCien años de soledad), como a secciones o comienzos de párrafo (*2 años después…) → (Dos años después…).

Estas excepciones están estrechamente vinculadas a licencias propias del lenguaje publicitario, visibles en cartelería y otros textos promocionales.